JUAN BUENO
John
Bueno creció en Chile como hijo de misioneros. Fue alumno de Bethany Bible
College en California, y al graduarse, se le ofreció una buena oportunidad de
trabajo en una iglesia. Pero un pastor, que también era su mentor, pidió a
Bueno que lo ayudara en su pequeña iglesia. Él accedió. Por no contar con un
sueldo, Bueno se presentó para trabajar en construcción.
El
1960, Bueno hizo planes para regresar a Chile como ministro. Una vez en el
país, se reunió con Cristóbal, un pastor nacional y amigo de la infancia. Ambos
armaron una carpa para un alcance evangelístico, pero durante dos semanas no
tuvieron muy buena asistencia. Pero, un muchacho de doce años confinado en una
silla de ruedas fue sanado milagrosamente. La asistencia a las reuniones
aumentó y éstas duraron más de cinco semanas. Una semana después de su regreso
de Chile, John contrajo matrimonio con Lois.
Melvin
Hodges, director regional para América Latina, supo del ministerio de Bueno en
Chile. Le pidió si podía ir a El Salvador para ayudar en una tarea que requería
de urgente atención. Se les aseguró que el compromiso no se extendería más de
dos años. Con esta promesa y con mucha oración, los Bueno viajaron a El Salvador
sin saber que la misión duraría más de veintiocho años.
Los
Buenos llegaron como misioneros a El Salvador el 11 de noviembre de 1961, sólo
nueve meses después de haber contraído matrimonio. La labor que debían cunplir
era llenar de creyente el Centro Evangelístico, un edificio con capacidad para
dos mil personas en San Salvador , la capital del país. Ellos tenían mucha fe
de que Dios haría crecer la iglesia en menos de dos años. Pero después de nueve
largos años, sólo contaban con una asistencia de 300 personas. Desanimado, John
pensó que él y Lois debían volver al trabajo evengelístico.
Pero
durante su lectura bíblica diaria, sintió que debía predicar acerca del señorío
de Cristo. Después del primer domingo, no hubo gran respuesta. Bueno predicó el
mensaje durante 13 domingos antes de que éste surtiera algún efecto. En seis
meses la iglesia creció hasta alcanzar una asistencia de 2000 personas, y en
los siguientes once años contó con diez mil personas, y plantó ciento veinte
iglesias.
Al
ver a los niños de El Salvador, él pensó que la manera de que escaparan del
desamparo era a través de la educación y el conocimiento del amor de
Jesucristo. En 1963, él dio un paso de fe y comenzó una escuela en conexión con
la iglesia local, Centro Evangelístico.
Ochenta
y un niños se reunieron en salas de clases improvisadas, se sentaron en bancas
de madera. Con el tiempo se desarrollo un completo sistema de escuelas que hoy
se conoce como Liceo Cristiano.
Hoy,
la primera escuela que se organizó, cuenta con cinco mil alumnos; tiene una
clínica médica, laboratorio, clínica dental, y farmacia. EL liderazgo
salvadoreño opera todas las escuelas con sus 37 sedes, 900 personas que
trabajan como docentes y paradocentes, y 22 mil alumnos. Más de un millón de
niños han estudiado en el programa del Liceo Crstiano en El Salvador.
En
1990, John Bueno asumió el cargo de director regional de América Latina y el
Caribe, responsabilidad que lo forzó a mudarse a Springfield, Missouri.
En
1997, John recibió el informe médico de que había desarrollado un cáncer. Él
sintió que debía presentar su renuncia al liderazgo. Sin embargo, se le pidió
que continuara en el desarrollo de su responsabilidad, y en el COncilio General
de ese año fue elegido director ejecutivo de Misiones Mundiales.
Durante
su liderazgo, John sintió la dirección a crear regiones separadas para Europa y
el Norte de Asia. Además permitió que hubiera mayor flexibilidad para las
personas que buscaban nombramiento misionero. Desde esa fecha, el número de
misioneros asociados ha aumentado en un setenta por ciento.
En
2004, los Bueno recibieron un reconocimiento como "Honorables Amigos de El
Salvador" de parte del gobierno de El Salvador por su trabajo en la
educación de los niños del país. Este reconocimiento es el más alto honor que
el Congreso de El Salvdor confiere a un civil. Los Buenos son los primeros
extranjeros, los primeros no-católicos, y Lois, la primera mujer, que reciben
esta condecoración.
En
el banquete en que se honró a los Bueno durante este Concilio General, sus
cuatro hijos y familias estuvieron presentes. Mike McClaflin, director regional
de África, expresó palabras de agradecimiento. El anfitrión del banquete fue
David Lee, director de relaciones E.U.A.
John
Bueno, movido por la emoción, habló a la multitud antes del término del
banquete. Expresó su gratitud y campartió acerca de su familia y las personas
que han ejercido influencia en su vida. Hubo presente invitados especiales y
representantes de El Salvador para compartir en la ocasión.
JUAN BUENO ESTAMPÒ LA FIRMA PARA QUE YO PUDIERA IRA
AL INSTITUTO BÍBLICO - 1972. ME DIÒ CLASES EN LA ESCUELA BÍBLICA SOBRE UN LIBRO
QUE EL HA ESCRITO: LAS LLAVES DEL REINO.